En nuestro blog sobre Abusos a Menores analizamos el método finlandés que permite luchar de forma efectiva contra el acoso escolar. Hay un país europeo que lleva más de 10 años implantando un sencillo sistema que ha demostrado ser tremendamente eficaz a la hora de luchar contra el “bullying”. El país es Finlandia y el método se llama “KiVa”, una abreviatura de “Kiusaamista Vastaan”, que en finlandés significa “contra el acoso escolar”.

Este programa se lanzó en 2007 y fue desarrollado por la Universidad de Turku. Al principio se fue introduciendo de forma aleatoria en diversos colegios y, pasados varios años, se realizó un gran estudio nacional para conocer su evolución e incidencia en los alumnos y su comportamiento. Los resultados fueron espectaculares, habiendo disminuido los casos de acoso en el 80% de los centros educativos.

Actualmente, el programa se aplica en el 90% de las escuelas finlandesas, incluyendo el Colegio Finlandés de España situado en Fuengirola, y se ha exportado a más de diez países entre los que se encuentran España, Holanda, Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Estonia o Estados Unidos.

En España, el Instituto Iberoamericano de Finlandia presentó el programa a los centros y autoridades educativas en mayo de 2015. En abril de 2016 la Asociación de Ikastolas anunció la introducción de KiVa en 52 centros escolares de educación primaria de Euskadi y Navarra.

En España, donde el primer Estudio sobre el Acoso Escolar, elaborado por Fundación ANAR, indicaba que los casos de acoso escolar atendidos en 2015 crecieron un 75% frente al año anterior este es un problema creciente que muchas veces acaba en instancias judiciales. En Patón & Asociados estamos especializados en ayudar a resolver casos de abusos a menores pero, seguramente, la implantación de un método como KiVa en la educación primaria sería una gran noticia para luchar por la erradicación futura del bullying. La educación en este caso es la semilla de una política de prevención efectiva, especialmente cuando estamos viendo que, en numerosas ocasiones, el acoso no se limita al recinto escolar y sus aulas, sino que se extiende más allá e incluso hace mella en las víctimas especialmente a través de los teléfonos móviles y las redes sociales.