Ya hemos comentado en este espacio lo importante que nos parece el papel que juega la educación a la hora de construir una sociedad menos sexista y combatir la violencia de género cambiando las actitudes y estereotipos que hemos vivido tradicionalmente desde la infancia.
Este mes se ha celebrado el Día Internacional del Libro Infantil y hemos pensado traer hoy aquí unas cuantas recomendaciones para compartir en casa con vuestros hijos más pequeños. Ya contamos con autores preocupados por esta cuestión que, desde las páginas de sus obras, se dirigen a los lectores de menor edad con el ánimo de cambiar la percepción habitual de la mujer en la literatura infantil, donde se la representa a menudo pasiva, silenciosa o sumisa ante los personajes masculinos y donde se valora su apariencia antes que sus ideas o actos.
Hemos seleccionado para vosotros algunos libros que fomentan la igualdad de género y que están libres de los estereotipos de las historias clásicas de la literatura infantil. Esperamos que os gusten y que los podáis disfrutar con vuestros hijos y comentar con otros padres.
- “La historia de los bonobos con gafas”. Adela Turín y Nella Bosnia, 1976. De las pioneras en la creación de álbumes sobre igualdad y coeducación. Los Bonovos comían, viajaban y se modernizaban mientras ellas recolectaban comida y criaban a la prole. Pero los bonobos no aceptaban que las bonobas también pudiesen aprender y evolucionar.
- “Arturo y Clementina”. Adela Turín y Nella Bosnia, 1976. Cuando Arturo y Clementina se conocieron se enamoraron de inmediato y decidieron casarse. Clementina tenía muchos sueños y gran parte de estos quiso entonces realizarlos junto a Arturo, en especial viajar y conocer el mundo. Soñaba con Venecia, pero Arturo, quien en un principio solo le entregaba un disimulado “sí” en una sonrisa, una vez casados decidió que no era necesario que Clementina viajara a ningún lado, que con que se quedara en casa bastaba, que él saldría y la abastecería de todo lo que necesitara.
- “El libro de los cerdos”. Anthony Browne, 1991. La familia De la Cerda está acostumbrada a que la señora De la Cerda limpie, haga la comida y se encargue de todo. Pero un día, ella decide irse y al despedirse solo les dice una cosa: ¡Son unos cerdos! Cuando se ven en apuros y se acaba la comida, se dan cuenta de que ella tenía toda la razón. Una mirada mordaz y no carente de humor sobre los roles dentro de la familia y sobre la responsabilidad en el hogar.
- “Rosa Caramelo”. Adela Turín y Nella Bosnia, 2002. Otro clásico de estas autoras sobre lo femenino y el color rosa. Aislada en un jardín, Margarita es la única elefanta del grupo incapaz de conseguir que su piel sea de color rosa caramelo. Cuando sus progenitores desisten de imponerle ese aspecto, por fin descubrirá el significado de la libertad y abrirá el camino de la igualdad para sus compañeras.
- “¿Quién ayuda en casa?”. Ricardo Alcántara, 2003. Jacinto y Pablo, padre e hijo respectivamente, no ayudan a nada en casa; mientras, Rosa no para de trabajar. Hasta el día en que ella decide marcharse sola de vacaciones a Ibiza y a ellos no les queda otra que aplicarse.
- “Mercedes quiere ser bombera”. Beatriz Moncó, 2004. La profesora de Mercedes pide a sus alumnos que piensen en la profesión que quieren desempeñar cuando sean adultos. Mercedes dice que quiere ser bombera. Jaime afirma que no puede serlo porque es una chica y este comentario desencadena un debate entre todos los compañeros.
- “Elenita”. Cambell Geeslin, 2006. La historia de una niña que lucha por perseguir su sueño de ser sopladora de vidrio, un oficio que generalmente realizan hombres y un deseo que su padre no está dispuesto a permitir que se cumpla.
- “La mitad de Juan”. Gemma Lienas, 2008. “Los niños no lloran.” “¿Dónde vas con esa camiseta rosa?” Cuando Juan decide dejar de hacer cosas de niña, ¿por qué es como si le faltase la mitad de sí mismo?
- “Las lavanderas locas”. Jon Yeoman & Quentin Blake. 2009. la historia de unas lavanderas que un día se hartan de recoger y lavar lo que ensucian los demás. Las siete mejores lavanderas de la comarca lavaban sucias sábanas, calcetines apestosos, mugrientos pañuelos y muchas otras prendas que todos iban dejando por ahí. Todos los días. Desde muy temprano. Porque el Señor Aldo Avaro, el dueño de la lavandería, era un hombrecito malvado que las obligaba a trabajar de sol a sol. Pero un día se cansaron. ¡Cuidado, las lavanderas locas, vienen hacia aquí!
- “Doña Eremita, reina de la carretera”. Quentin Blake, 2013. El libro sobre las aventuras de la intrépida Eremita al volante de un coche muy inusual. La disparatada Doña Eremita recibe un viejo automóvil y decide dar una vuelta junto a su fiel perro Mambrú. Durante el accidentado paseo, el vehículo pierde el guardabarros, el parachoques, el capó… hasta cobrar una forma bastante inusual que convertirá a Doña Eremita en la verdadera reina de la carretera.