Cuando en nuestro entorno cercano surge un caso de maltrato, sea masculino o femenino; suele ser cuando las pruebas ya son palmarias. Un ojo morado, marcas de golpes por el cuerpo, conducta obviamente errática y un alto nivel de miedo o inseguridad hacia todo. Cosas evidentes que todos podemos ver, pero que son solo la punta del icerberg. Porque existen muchas fases previas, como el maltrato psicológico.
Generalmente, la parte maltratadora de la relación comienza con cosas pequeñas; fácilmente perdonables. Por ejemplo, obligar a sus parejas a avisar cuando salen del trabajo; para poder contabilizar cuanto tardan en volver a casa. Que informen de con quien salen o si se retrasan en hacer algo. O que lleven a cabo las tareas de la casa pese al nivel de cansancio que tengan.
Luego, una vez se constata que el maltratado acepta todas estas imposiciones aparentemente inofensivas y arbitrarias; se da un paso más allá. Se prohíben ver a amigos, familia o compañeros de trabajo. Se pide información constante de lo que se hace, donde y con quien se hace; como un afterwork con compañeros. Y se moldea la opinión para que maltratadora y maltratado piensen igual o que el maltratado no exponga su opinión sobre ningún tema.
Desde aquí, se suele dar el salto al abuso físico y es cuando las señales se hacen evidentes. Pero hasta ese punto, se despliega toda una presión individual que puede llevar meses o incluso años sucediendo inadvertidamente.
Sin embargo, como sucedía antaño también con las mujeres; y sigue sucediendo aunque por suerte podemos ver una tendencia de desaparición lenta pero constante; los hombres maltratados deben luchar contra el rechazo social. Si creamos una sociedad en la que los hombres siempre ocupan de forma natural las situaciones de poder; generamos una narrativa de masculinidad y rechazo al hombre maltratado. Eres menos hombre si eres víctima
Cuando existe falta de apoyo e incluso rechazo, añadimos una nueva capa de presión psicológica. Y volvemos todavía más tortuoso el camino de estos hombres maltratados. Cuando se presenta un caso de maltrato, en Patón y Asociados, tratamos no solo de dar una ayuda legal experta; sino también el apoyo y comprensión que brillan por su ausencia en nuestra sociedad. Porque ayudar a un hombre a salir de su infierno particular